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"El mundial pudo no haber sido para los brasileños, que con mejores elementos en lo individual manejaron más resueltamente algunos conceptos defensivos. Con dos puntas, como todos, lanzaron a los laterales en zonas de ataque, haciendo prevalecer el relevo defensivo. Ante la salida de los laterales y la obligación de cubrir las espaldas de éstos por alguno de los centrales, el volante tapón se incrustaba en la última línea como un central más y hasta con mayor retraso posicional. Contaba con dos volantes defensivos y dos de equilibrio y creación que, cuando el equipo buscaba el ataque con la pelota, poblaban la media cancha hasta con seis jugadores. Menos brillante, disimulando algunas carencias, fortaleció defensivamente sus chances. Italia, su vencido, tácticamente no agregó nada", Enrique Macaya Márquez en Mi visión del fútbol.