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"Si bien no hay esquema táctica que resista o se imponga por sí mismo, sin los ejecutantes adecuados, Sudamérica, a través de la Argentina, inaugura en esta instancia una mezcla explosiva que le adjudicará la victoria final contra Alemania. Sobre la base de dos hombres de punta, cinco volantes y tres defensores de última línea, ya se venía perfilando un fútbol europeo que únicamente modificaba su mecanización en virtud del servicio individual de algunos de los componentes del equipo. En este mundial, la Argentina, contra su tradición y costumbre, apela a la rigurosidad en la marcación de dos stoppers y un líbero; busca hasta encontrar la respuesta en la ubicación de cinco volantes con funciones diferentes y capacidades distintas, tanto para defender como para decidir el ataque conforme a las zonas y los momentos, convencido en la final, Alemania, si bien no fue inferior en el planteo táctico, que lo insinuó cauteloso, se mostró subordinado en el funcionamiento colectivo", Enrique Macaya Márquez en Mi visión del fútbol.